BB-CLUB

Se había propuesto que no caería en sus redes. “Soy auténtico” – se dijo. “No necesito un BB para estar a la moda". “No soy seguidor de multitudes”. Cada día a su lista de Messenger se iba agregando un nuevo contacto con el “(Disponible/Móvil)”, y su respectivo “BB-Pin”. “No tengo minutos, pero eso me da status” – dijo uno. “¡Oh, pero claro! ¿Y tú no tienes tu BB? – dijo otro. Y de repente se iba volviendo cada vez más atractivo: “¡Yo también puedo tener un BB! ¿Por qué no? ¡Yo me lo merezco! ¿Y para qué trabajo? Bueno, pensándolo bien, representaría un gasto extra: no pago celular pues tengo una flota donde no me limitan las llamadas; además, tengo Internet de 8:00 a 6:00 en el trabajo y conexión en la casa también… Pero también tiene sus ventajas, hay que reconocerlo. Tendría… ¡UN BB, Y MI PROPIO BB PIN para poder agregar por ahí también a mis contactos del Messenger! Sólo tendría que sumar al presupuesto 1,000 pesos más impuestos para la tarifa de Internet (pues de qué vale tener BB si no se tiene Internet, claro está). Creo que podría pagar eso más la tarifa de Internet de la casa (o cancelo el de casa; total, sólo lo uso yo); a eso tendría que agregar la mensualidad por la factura del celular, que se calcula aparte. Bueno, tal vez pueda tener un BB con tarjeta… En fin. Yo también quiero formar parte del BB-CLUB. A fin de cuentas, yo también SOY ÚNICO, YO SOY ASÍ…”