15-10-2009
6:10 pm
¡Qué perfecta es la creación y qué imperfectos nosotros! Qué bien… qué bien se siente estar aquí, Señor: al aire libre, sola, pero a la vez acompañada; escuchando el canto de los pájaros, y mirando ese árbol tan perfecto. Disfrutando mientras escribo cada trazo, sin sentir la necesidad de llamar a alguien más.
Hoy quiero estar conmigo; quiero estar contigo. Quiero tener algo que expresar; quiero ser feliz estando aquí. Quiero respirar este aire fresco y deleitarme observando ese árbol tan perfecto y escuchando el aleteo de las palomas. Un lugar donde todavía hay palomas… ¿Por qué vienen aquí? Seguro se sienten libres, cómodas, no se sienten amenazadas.
(Este lagartito definitivamente no estaba incluído en mis planes. ¿Qué hago? ¿Lo alejo o intento convivir con él? Debe haberse ido: eso espero. No quiero más compañía).
Veo a los niños… ¡Los niños! ¡Cuánta libertad! ¿Qué nos pasó? Los observo reír y correr, perseguir a las palomas. Pero ellas no se dejan alcanzar: nunca las alcanzarán.
¡Qué bien se siente estar aquí! Pero ya oscurece; pronto no podré ver lo que escribo, ni a aquel árbol, ni a los niños, ni al lagarto… que ya se va: eso espero.
2 comentarios:
No sabía que eras poeta. Está muy bello el relato. Veo que te ha infuenciado tu madre aunque con estilos diferentes. El tuyo tiene mucho de literario y hasta de periodista. A mejor tenemos otro Iván.Suerte.José de Paula
jajajajajajajajaja jajajaja Paola pero que inspiración tan relajante, no se en que momento es que te estresas si tienes la capacidad de convivir con lo que es realmente verdadero....
Saray
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